Allá por 1989 el carnal Julio me prestó un aparatito de videojuegos casero al que él llamaba simplemente Family. Era una consolita bastante ligera, de color hueso y guinda, con controles de color guinda y oro.
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A pesar de su diseño, era una maravilla de consola. |
El primer juego que jugué en este juguete prestado fue Mario Bros., que es el predecesor del Super Mario Bros. Aquí sólo tenías que acabar con una peste de tortugas y otras alimañas en el drenaje. Era un juego sencillo, al estilo Atari (de hecho también hubo una versión para la agonizante Atari), en donde lo único que cambiaba era la dificultad del siguiente nivel, el cual era exactamente el mismo diseño que el anterior.
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http://www.mobygames.com/game/nes/mario-bros/screenshots/gameShotId,31411/ |
Mucho después me enteré que el dichoso aparatito era en realidad la versión japonesa del Nintendo Entertainment System y que los alcances de la consola para entonces ya llegaban más allá de los juegos al estilo Atari.
Gracias a esta versión pirata de la FAMICOM (no podía ser de otra manera), los jugadores de aquel entonces tuvimos acceso a versiones “económicas” de grandes juegos de la historia del NES, como Contra, Super Mario Bros. 3, o Castlevania.
Además de la ventaja económica, que era más que suficiente, los controles del Family tenían los dos botones A y B del Nintendo gris, pero además tenían un A y B Turbo, es decir, que para los juegos que requerían disparar constantemente, sólo había que dejar presionados dichos botones. Y pareciera tonto, pero hay cosas que se podían hacer con esos controles que no puedo hacer con otros. Un caso raro era con el juego Tiny Toons, en donde, si escogía a Plucky, podía presionar el D-pad hacia la izquierda y abajo para hacerlo saltar hacia adelante con un impulso anormal y así volarme la mayor parte de los escenarios.
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http://www.lasertimepodcast.com/2014/06/03/guess-the-game-commercial-classical-carrots/ |
Yo recuerdo que los tianguis locales eran mis áreas de vagabundeo cuando me iba de pinta con el carnal Julio. Íbamos a cambiar nuestros juegos o, si nos alcanzaba el dinero de la escuela, comprábamos uno.
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http://www.identi.li/index.php?topic=177382 |
Aquí encontramos una ventaja más: había juegos que sólo salieron en Japón o cuyas versiones eran distintas a las versiones para América. Tal es el caso de Akumajō Special: Boku Dracula-kun. Este juego tenía un sistema de password basado en caracteres hiragana que teníamos que reproducir lo más fielmente posible en una hoja de papel para poder ingresarlos después.
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http://www.vgmuseum.com/end/nes/b/akumaboku.htm |
O también el juego Kamen no Ninja – Hanamaru, en donde tuve que descifrar las instrucciones del juego de bonus para poder ganar vidas.
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http://www.videogameden.com/fc.htm?knh |
Había juegos con detalles, como el Bucky O’Hare, que a pesar de tener una barra de vida que perdías si te daban un trancazo, en mi cartucho de Family morías con cualquier ataque.
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http://www.hardcoregaming101.net/nes/bucky.htm |
Había también juegos homebrew, o hechos en casa, como el de Street Fighter que era una tortura para el ojo, pero fue lo más cercano a un juego de peleas de ese estilo en el NES.
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http://www.taringa.net/comunidades/gamearcade/8901667/Pasaron-22-anos-y-lo-sigo-jugando.html |
Para la época, esta consola fue muy satisfactoria, pero con la llegada de consolas más poderosas, todos ambicionábamos más. Aún así, el Family llegó para no irse jamás, como lo prueban la cantidad de modelos que se siguen vendiendo hasta en las tiendas de autoservicio, cada uno con un nombre más exótico que el otro.
¡Larga vida al Family!