En la década ochentera supe principalmente de rebote la existencia del Aerotianguis, un lugar en donde se podía conseguir fayuca, un término que por cierto ya no he vuelto a escuchar. Fayuca era principalmente aquel producto que no se comercializaba en México y que no llegaba aquí por importación legal, sino por contrabando. Aquí hay un buen artículo sobre la cultura de la fayuca en los lejanos 80s: http://www.jorgefernandezmenendez.com/v2/index.php/recomend/16505-la-fayuca-en-los-tiempos-pre-tlc
En los 80 no había metro Tepito, pero sí fayuca, ¡y mucha!
El Aerotianguis debe haberse llamado así porque se encontraba, si no mal recuerdo, a las afueras del metro Hangares de la línea 5 del metro del todavía Distrito Federal. Toda esa área es prácticamente parte del Aeropuerto Internacional de México así que el nombre viene siendo una especie de topónimo.
¡Casi podría jurar que justo aquí se encontraba el Aerotianguis!
Mis hermanos mayores comenzaron a mencionarlo varias veces quizá a finales de los ochenta, y ya con un poco más de solvencia económica, les veía traer una que otra cosa del lugar. Como un par de tenis Kaeppa rojos, un color de zapatos muy de la época. Se me quedaron bien grabados pues presumían el chistecito de tener su logo de triagulitos intercambiable.
Uno de esos Kaeppa ochenteros con logo intercambiable.
Seguramente también habrán comprado mucha música ahí. De hecho, recuerdo en particular haber acompañado a uno de mis hermanos (que empezaba a gustar de la música en inglés más contemporanea) a comprar el cassette homónimo de Tracy Chapman en su año de lanzamiento, cuyas canciones siguen siendo de mis favoritas hasta hoy. Muy seguramente también ahí compró el ...But Seriously de Phil Collins en cassette, que por repetirlo tanto en casa, también me heredó ese gusto.
Un excelente album de la Tracy Chapman (1988)
¡Y éste de 1989 no se queda atrás!
Creo que sólo volví a visitar el Aerotianguis allá por el 93 o 94 quizá un par de veces. Una para hacerme de la música necesaria para iniciar mi bachillerato. Recuerdo que había puestos en donde vendían mezclas de canciones en cassette, y yo me hice de una con lo que hoy se conoce como Rock en tu idioma; Caifanes, Soda Estereo, Amantes de Lola... y así...
Así hacíamos nuestras mezclas de música en los 80s y 90s.
Finalmente, regresé para cambiar el Mega Man X por el Teenagae Mutant Ninja Turtles Tournament Fighters, de Super Nintendo.
¡Juegazos!
No sé que tan relevante haya sido el Aerotianguis para la ciudad, pero habría de desaparecer a finales de los 90. Estoy seguro haber buscado ese tianguis-plaza tiempo después, sólo para encontrar un lugar vacío. Supongo que algo habrá tenido que ver el TLC, que liberaba de aranceles los productos gringos, y ya era más fácil venderlos en el comercio formal. En la red hay algunos que recuerdan mejor este tianguis; como en este blog que puede interesarles: https://soylosochentas.wordpress.com/2013/09/03/la-experiencia-ochentera-de-comprar-en-los-tianguis-o-bazares/
Quizá World Masterpiece Theater no les diga nada y todavía es menos posible que les suene su título original en japonés: Sekai Meisaku Gekijō. WMT (para más rápido) era un proyecto de la televisión japonesa que consistía en llevar algunos clásicos de la literatura occidental a la pantalla del televisor en forma de anime. La mayoría de esos clásicos son obras en donde los personajes principales eran niños y en los 80s, en México, tuvimos la enorme fortuna de disfrutar muchas de estas animaciones.
En esta entrada comienzo a rememorar esas bellas series con Los cuentos de Hans Christian Andersen (Anderusen Monogatari, 1971) que es una de las primeras del proyecto WMT, y aunque estoy casi seguro haber visto alguna vez la serie Moomin (1969-1970) en Canal 11, no puede asegurar que no haya sido antes de las trasmisiones más recientes.
Los Moomin fueron quizá los primeros en aparecer en TV mexicana.
Los cuentos de Hans Christian Andersen se transmitía por Canal 9 (XEQ-TV) en aquellos utópicos días en que se le conocía como el 'canal cultural de México'.
Canal 9, en sus buenos tiempos.
Cada capítulo de la serie consistía en el relato de uno de los cuentos de Andersen en donde dos seres mágicos acompañaban a los personajes de las historias o eran testigos de los eventos. Recuerdo muy poco su función porque es una serie que nunca volví a ver repetida, contrario a otras series de WMT que se siguen transmitiendo por TV e incluso pueden conseguirse en DVD.
Estos seres eran testigos de muchas tragedias.
Gracias a esta serie conocí historias como La sirenita, La cerillerita o El soldadito de plomo, pero algo que me dejó muy marcado fue el tono de las historias. A diferencia de Disney, los de WMT no se tocaron el corazón y decidieron que las historias de Andersen debían contarse tal y como habían sido escritas: brutales y desgarradoras.
Aquí vemos a Andersen pensando en cómo arruinarnos la niñez.
Y así, en mis inicios de televidente disfruté y sufrí con la suerte de la sirenita, quien decide suicidarse antes que asesinar al príncipe que incumplió su promesa de casorio; de la vanidosapelota que, después de rechazar a su pretendiente, eltrompo, termina desechada en la basura; y una suerte igual de terrible tiene el soldadito de plomo, fundido en el fuego junto a su pareja, la bailarina de papel. De verdad eran historias duras de digerir, pero que a la larga nos sensibilizaban.
El patito feo, de las pocas historias con final feliz.
La sirenita, un cuento que rompía el kokoro.
Aquí la historia de El soldadito de plomo subtitulada; no apta para llorones.
Como dije antes, no recuerdo haber visto repeticiones de esta serie. Incluso hay algunas historias que se me figuran como parte de ella, pero que no pueden serlo. Recuerdo una de un niño que se hace amigo de un gangster (por eso no puede haber sido esa serie), y que este finge su muerte para que no siguiera su estilo de vida.
Es muy difícil hallar imágenes de esta serie.
Y recuerdo otra sobre un granjero que se dedica a holgazanear hasta que un médico vivillo le inventa una enfermedad llamada la 'mano pachona' (no es albur, así lo recuerdo) para hacerlo trabajar y así curarse. Recuerdo que el estilo de animación era la misma y casi estoy seguro que los duendes salían en esos capítulos.
¿Habrá sido la misma serie? Si alguien tiene la respuesta, deje de rascarse el ombligo y ayude a este pobre ochentero desvalido a recordar.
Es hora de traer a la memoria algunas series que recuerdo cuando era chamaco. Series que si bien no esperaba con ansia cada semana, dejaron sin duda algún recuerdo digno de invocar. Las fechas que incluyo son de su transmisión en los yunáites, pero supongo que a nuestras tierras habrán llegado por lo menos un par de años después.
Otro Mundo (Otherworld, 1985) Entre otras cosas, y sin más preámbulo, decidí comenzar esta entrada con la serie Otro Mundo, debido a que hace algunos meses vi el tráiler de una película que se acaba de estrenar o se va a estrenar pronto llamada Yesterday.
Otro Mundo es una serie sobre una familia que se viaja a una Tierra alternativa después de adentrarse en una pirámide egipcia. En una región de esa otra Tierra los chicos de la familia se vuelven famosos por interpretar canciones de rock clásicas que en esa nueva realidad nunca existieron. Yo sólo recuerdo este capítulo porque la primera canción que interpretan es I Want To Hold Your Hand de the Beatles (entonces, una de mis canciones favoritas de esa banda), de ahí la conexión con Yesterday. Aquí el capítulo 4 en donde ocurre la historia.
Roxana Banana (Going Bananas, 1984) Roxana Banana es una serie de la que sólo recuerdo dos cosas: que era sobre un orangután que era especial, de alguna manera, y que una parte de su canción de introducción era algo pegajosa. La verdad nunca le he encontrado gusto a los personajes interpretados por animales reales.
Benji (Benji, Zax and the Alien Prince, 1983) De igual manera, la serie de Benji no me causaba interés particular si no fuera porque metía elementos futuristas con un robot que me recordaba mucho a Herby, de la serie de los Cuatro Fantásticos (una de tantas) y a Robby, el robot parlanchín de Zacek en el comic Karmatrón y los Transformables.
Aquí el perro y su robot.
H.E.R.B.I.E.
Y Robby, de Karmatrón y Los Transformables
El hombre de la Atlántida (Man From Atlantis, 1977-1978) El hombre de la Atlántida es una serie que recuerdo de algún viernes o sábado por la tarde-noche. Un sólo capítulo en el que estaba esperando ver a Namor, el Submarinero, de Marvel, pero qué lejos estaban esos días de los gloriosos días del UCM. La serie es de finales de los 70s, pero debió haber llegado a México después o lo que vi habrá sido una repetición.
Las Aventuras de BJ Mackey (B. J. and the Bear, 1979-1981) Las aventuras de BJ Mackey era una variante de las series del momento en que un camionero (veterano del ejercito) se dedica en sus tiempos libres a resolver crímenes. Creo recordar que a mis hermanos sí que les gustaba la serie y se me cruza con otro recuerdo de ese momento que era una película de traileros llamada Convoy (1978). Era la moda y quizá una aspiración de mis hermanos tener aventuras en la carretera. Hasta les dio por bautizar con ese nombre un tráiler de control remoto que tuve.
A fiales de los 70, la moda gringa era ser trailero..
y hacer cuates pero medio de la radio CB.
Super héroe por accidente (The Greatest American Hero, 1981-1983) Súper héroe por accidente es quizá la única serie de todas estas que me habría gustado seguir viendo. Era la historia de un tipo enclenque al que le toca estrenarse como héroe poniéndose un traje rojo que le permitía volar y le daba super fuerza. Recuerdo que el tono fantástico de la serie me agradaba, y el hecho de que el aspirante tuviera dificultades para controlar sus poderes al principio lo hacía más humano. Pero estoy seguro que uno de los grandes encantos de la serie y lo que hizo que lo recordará más, además de lo chusco, era el tema de entrada, Believe It Or Not.
Supongo que alguna de estas series les despertará uno que otro recuerdo a los que crecieron como yo, con la cabeza en forma de caja al estilo 80s y 90s.