Por fortuna nuestros ancestros cavernarios ya habían inventado el remedio al tedio, como lo demuestran los descubrimientos del juego del gato garabateados en algunas cuevas.
Entre caza y caza se echaban una partida de gato. |
Ya nos tocó a nosotros, los niños de los ochenta, usar las nuevas tecnologías para entretenernos conocidas como libretas Scribe, que para algo se tenían que usar. Estos son algunos de esos juegos rescatados de las reclusiones ochenteras.
Y con este juego aprenden a escribir recetas los doctores. |
El gato, obvio. Si no fuera porque es un juego tan común que existen aplicaciones de celular y que variaciones de este juego se usan con fines pedagógicos, pensaría que también ya estaría olvidado. La dinámica es bien sencilla: ser el primero en dibujar tres círculos o tres equis en una línea para declararse ganador.
Y sus tripas… Aquí ya comenzamos a sofisticarnos un poco más. Las tripas de gato se jugaban (¿se juegan?) escribiendo primero pares de números en distintos puntos en una hoja y luego trazar líneas para conectarlos. El chiste del juego era no conectar con líneas rectas sino hacer tantas curvas cómo fuera posible para complicarle al retador conectar los siguientes números. En determinado punto la hoja está tan llena de líneas que se vuelve difícil conectar los dígitos faltantes.
Timbiriche. El timbiriche requería (¿requiere?) de un poco más de tiempo para preparar. Primero, se ocupa una hoja con cuadrícula (cuadro chico, si es posible). Luego se marca con pluma un punto en cada intersección. Si se sobrevive a esa parte del juego… entonces ya llega otra parte tediosa también. En cada turno los participantes unen dos puntos con una línea vertical u horizontal en cualquier parte del “tablero”.
Claro que también se podía usar una cuadrícula más pequeña. |
¡Era algo más o menos quizá parecido similarmente a esto! |
Basta. Finalmente, un juego más “intelectual”. El basta era (¿es?) tradición cuando había más de dos miembros de la familia con mucho tiempo libre. En este conocido juego se divide nuestra flamante hoja de cuaderno en columnas de categorías, usualmente ‘nombre’, ‘apellido’, ‘animal’, ‘cosa’ y ‘flor o fruto’. El juego consiste en elegir una letra al azar y escribir una palabra que inicie con esa letra en cada categoría. Quien lograba llenar todas las categorías daba inició al conteo hasta diez para detener el juego y luego se revisaba que las palabras escritas de cada quien fueran correctas. A las palabras repetidas se les asignaban 50 puntos y a las palabras no repetidas 100. Las palabras inexistentes o mal escritas obtenían un cero.
¡Un clásico! |
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