La Pepsi, que todavía alcancé a conocer como Pepsi-Cola, dejó una cauda de recuerdos en mi CPU por sus efectivas campañas publicitarias y las consecuentes andanzas de quienes nos quedábamos enganchados a ellas.
Quizá la historia comience con el comercial más antiguo que se me grabó, en donde el futuro Carlton (Alfonso Ribeiro) llega a una tienda por unos chescos y que se encuentra a Michael Jackson.Estamos hablando de quizá el momento cúspide en la carrera de MJ y justo cuando las rolas del album Thriller (1982) dominaban la radio y hacian historia en el gusto de las masas. Escuchar la tonada de Billy Jean en un comercial de TV una y otra vez era una oportunidad de seguir disfrutando uno de los triunfos más celebrados de la historia de la música.
A lo largo de los ochenta y noventa otros famosos formaron parte del batallon de estrellas pop con que la Pepsi le daba una excelente batalla a la Droga-Cola. Quiza el primero del los que más recuerdo (después de MJ) sea Robert Palmer para la campaña Simply Irresistible, en donde Pespi lanzó un comercial al mismo estilo del video oficial del éxito de Palmer Simply Irresistible, de 1988.
Honestamente creo que el video de la Pepsi, aunque corto, superó al original.
No puedo asegurarlo, pero casi creo que esta campaña de Pepsi incluía material publicitario con arte pop que me encantaron pero que no logro encontrar en la red: es el dibujo del rostro de una mujer con gafas oscuras bebiendo Diet Pepsi con un popote. El estilo era simplista, blanco y negro con la excepción de los labios, que eran de un rojo intenso que hacía un fantástico contraste.
Esto es lo más parecido a ese anuncio de la campaña. |
Pues resulta que tanto los dos videos de Robert Palmer (Addicted to Love [1986] y Simply Irresistible [1988]), como luego la campaña Simply Irresistible de Pepsi, se basaban ampliamente en el estilo artístico de un tal Patrick Nagel, quien para más señas dibujó el cover del album Rio, de Duran Duran.
Patrick Nagel: Un arte muy ochentero. |
Como ven una sola campaña de Pepsi ya involucraba a un par de genios del mundo artístico.
Es extraño que con los comerciales M J. Fox recuerdo también alguno en donde el invitado es un xenomorfo quien persigue a un par de chamacos noventeros. Claramente el recuerdo asociado a este campaña es la película Alien 3 (1992), en una época en que aún no tenía autonomía para salir al cine por mi cuenta.
Y el último comercial que me gusta recordar es el del famoso mosquito-Jagger de la campaña Generation Next. Ya rebasada la primera mitad de los 90, la animación 3D se apoderaba de los anuncios publicitarios, y en este, un mosquito chupa-sodas se transforma en Mick Jagger, o más bien, en la boca de Mick Jagger, para luego proceder a entonar Brown Sugar. Aunque en el comercial la estrella invitada es Ricky Martin, el mosquito se lleva las palmas.
No puedo decir que fue este comercial el que se encargó de ponerle más atención a The Rolling Stones, pero sí estoy seguro que me despertó un aprecio por su canción Brown Sugar.
De seguro recordaré algún otro comercial relevante, pero además de los comerciales, la Pepsi tuvo promociones bastante exitosas adquiriendo licencias de algunos de los personajes de caricatura más estimados de nuestra generación. Una de las que recuerdo más entrañablemente debe haber llegado en el cierre de los 80 e incios de los 90. La Pepsi incia la epoca de los vasos con Snoopy. Esta campaña era particularmente atractiva porque las corcholatas de los refrescos de la compañía venían adornadas con los personajes de la popular historieta.
¡Chidísimas corcholatas! |
Si la corcholatas ya de por sí destacaban, qué puedo decir de los vasos: mi mero mole.
¡Y los vasos otro tanto! |
Y es que además el ánimo de conservar corcholatas y vasos se multiplicaba, ya que por esos días se transmitía por Canal 5 la serie El Show de Charlie Brown y Snoopy que nos tenía encantados a mis hermanos y a mí. Si bien la serie merece una entrada aparte, una de las asociaciones más inevitables al recordar la campaña de la Pepsi es la del excelente tema musical del programa, compuesto por Desirée Goyette.
Unos vasos similares conmemoraban el estreno de alguna de las películas de Batman de Tim Burton, aunque no estoy seguro si fue la primera o la segunda.
Si algún recuerdo activan estos vasos es de toda la cultura pop que se desató con la fuera quizá la primera película de superhéroes que me tomé en serio: las canciones en inglés (y español) que se programaban en la radio y los videojuegos, por ejemplo.
De cuando me encerraba en las máquinitas. |
Otro campaña con este modelo de vaso llegó con el tour Dangerous, de Michael Jackson, cuyo album homónimo, si bien no tan avasallador como Thriller, había dado pie a un par de excelentes videos musicales. Estos vasos, al igual que los de Batman, no son particularmente destacables, pero su iconografía nos remite a quizá el último gran album de Michael Jackson.
Cambiabas esto... |
...por esto. |
Después de estos vasos tradicionales llegó el reino de los Pepsilindros, que se volvieron simplemente parte de la vida cotidiana durante años. Ignoro cuáles fueron las primeras licencias con las que se adornaban estos vasos con tapa y popote (y tapa para el popote), pero entre ellas se estaban los Looney Toons y Los Picapiedra.
De estas sí que no me acordaba... |
...¡pero estos son INOLVIDABLES! |
Yo creo que no existe nadie de nuestra generación que no haya tenido un Pespsilindro, pues los niños en la escuela y los adultos, en donde fuera que estuvieran, tenían a la mano sus bebidas en estos cacharros.
Con ustedes, el porta pepsilindro. |
De hecho, si no querías juntar las corcholatas para canjearlas por tus vasos o de plano no los encontrabas ya en las tiendas, sobraban puestos de tianguis donde se podían conseguir.
Y justamente termino con la cultura de juntar corcholatas hasta en la calle para canjearlas por el producto Pepsi de moda. El último empujón en el que caí redondo fueron las populares Pepsi Cards, que ya mencione an alguna entrada.
Y cómo no recordar esas peregrinaciones en la que salía entusiasmado con los compas de la escuela a buscar tiendas donde todavía quedaran sobres. Los tenderos de aquellos entonces crearon una nueva regla: no cambiar sobres a los no clientes del barrio.
En retrospectiva, la calidad no justificaba las peregrinaciones. |
Esta entrada podría ser kilométricamente más larga, pero creo que se prueba el punto de que hasta los productos más dañinos para la salud nos regalan excusas para hablar de la vida en las décadas de los 80s y 90s.