martes, 8 de julio de 2025

1980s-1990s: Música popular en los videojuegos

Y para probar que seguimos entre los vivos, aunque cada día se alejen más los maravillosos 80s y 90s, hoy desempolvo otro recuerdo de las canijas ‘maquinitas’. Y comienzo con aquellos días en que en el negocio familiar nos colocaron el plataformero Hardhead 2

Temu Marios Bros. ¿sí o no?

Aunque algunos lo consideran uno de tantos clones de Mario Bros, el primer Hardhead (1988) era entretenido, y dado que me tenía que recluir para no ser atrapado en mis vagancias de pinta, sí que lo conocí muy bien. 


El Hardhead 2 (1991), ya jugando yo con menos temor al coscorrón, se distanciaba todavía más de esa imagen y se acercaba más a plataformeros contemporáneos como Toki (1989).

 

Pero algo que ocupaba mi cabeza en aquellos años de infancia donde la mayor tragedia era hacer tarea, o peor… no hacerla, era la musiquita que acompañaba algunos niveles.

Yo decía que esa tonada me sonaba de aquel programa de Radio Felicidad que escuchaba mi madre a finales de los 80, creo yo que a eso de las cuatro de la tarde, y en particular de la canción Corazón Loco (1969), de César Costa

Pues eso, que es una versión maquinita que repite en bucle la intro de la canción Cuore Matto (1967), de Little Tony, y que era una de tantas que versionaron los cantantes mexicanos en lo que dieron por llamar la Era del Rock and Roll en México.

Y el chistecito, (confirmado por medio de inteligencia artificial) me dejó estrés postraumático, ya escuchaba violaciones de derechos de autor por otros lados, pero ¿no es cierto que esta tonada del Arkanoid: Doh It Again (1997) de la Super Nintendo...

 

suena muy parecida a este estribillo de Words (1982), de Missing Persons?

  
El caso que esta sí es coincidencia, de acuerdo nuevamente a Skynet… digo, ChatGPT.


¿Pero a que ésta no es coincidencia?  

¿Aquí huele a cuatro ‘greñudos’ de Liverpool?
 

Este juego llamado Mikie (1984)  también lo recuerdo de mis escapadas mañaneras pero entonces no había reconocido esta versión de A Hard Day’s Night (1964), de The Beatles 

Un personaje muy gringo.
 

Y mire usted, la IA también se equivoca, pues según esto, otro de tema de The Beatles que no es de The Beatles aparece en otro nivel. 

Twist and Shout (1961) no es una canción original de The Beatles, aunque sí es una canción popular para la que sí obtuvieron licencia de uso en dicho juego. 

Pero el juego que más explota la incorporación de música popular, al menos que yo sepa, fue Parodius, o más bien la saga Parodius, ‘ya que le contiene’ mambo, rock y música clásica a lo largo de su coloridos escenarios. No es que lo jugara en su momento, pero para eso estaban los chismes de los grandiosos ejemplares de Club Nintendo, en su primera etapa.

  
A Parodius: Fantastic Journey (1994) para la SNES le metieron el Mambo Número 5 (1949)

Y una versión revolucionada de la Canción del Toreador, de la opera Carmen (????)


Y como estoy seguro que el público lector estará pensando lo mismo que yo, es obligado mencionar la versión NES de esta Canción del toreador (o un fragmento de ella) que daba entrada a Don Flamenco en Punch Out!! (1987).

Y para dejarlos respirar, cierro con esta joyita que me encantaba, tanto porque salía de premio si lograbas hacer ‘tetris’ en el juego (Tetris, 1989), como por el ballet en 8 bits tan bien logrado acompañado de una pieza musical que conocí en algún cassette de música instrumental con el nombre de Casatschock, pero que más bien corresponde a la canción rusa Katiusha.    


Seguramente habrá muchas otras piezas que rescatar, pero ya habrá tiempo para seguir con el tema. Mientras tanto, no deje de sintonizarnos la próxima… vez que haga un poco de tiempo para seguir invocando las décadas alegres.

domingo, 29 de septiembre de 2024

1980s-90s: TNT y demás programas de videos musicales

Después de un año sabático, vuelvo a ponerme el manto de Retroman para rescatar la memoria de los visitantes que aún se pasean por este rincón. Para marcar este “esperadísimo” retorno, hoy haremos un recuento de los programas dedicados a presentar videos musicales.

Hay muy poca información oficial sobre estos programas en la red, así que cuento con nuestros lectores nos ayuden a darle una cronología más certera, si es posible.

Claro está, a estos programas los recuerdo sobre todo por uno que otro video que me habría impactado de alguna forma. Y quizá el programa de videos más lejano en la memoria sea TNT, que se transmitía probablemente poco después del terremoto del 85. Y no puedo discutirle a nadie que este entretenimiento ayudará a olvidar las tragedias de esos días. El programa debe haberse transmitido por Canal 5, entre las 7 y 9 de la noche. Casi recuerdo que lo podía ver sólo porque mis hermanos llegaban de la secundaría diurna 236

Destaco dos videos de este programa. El primero era la pegajosa canción Tarzan Boy (1985) de la banda Baltimora. Este animado tema ochentero tenía un video con efectos sencillos pero coloridos; una razón para no olvidarlo.

Pero quizá la canción/video que más define ese periodo de mis vivencias fue El Final (1985), de la banda mexicana Los Clips. El video que en su momento publicaron era una edición de fragmentos de caricaturas de los años 30, en blanco y negro. El buen trabajo que hicieron en esa edición me hizo pensar que de verdad los monitos se movían al ritmo del tema. Y luego, ¿caricaturas después de las 6 de la tarde? ¡Nunca!

Luego llegó Alta Frecuencia. Y aquí es donde me confundo. Según los pocos documentos video-gráficos que se encuentran, el escenario del programa era más oscuro, y es así como recordaba TNT. En fin, este programa es el único no asociado a un recuerdo musical en particular, pero sí a mi época de coleccionista de historietas de El Hombre-Araña, ya que, como mostré hace un tiempo, algunos números incluían publicidad de ese programa en la contraportada. 

Como estamos hablando del pleistoceno temprano, no distingo qué canción asociar a este programa. Lo que no ocurre con el siguiente inevitable que era Video Éxitos.

Según Wikipedia, este programa con Gloria Calzada se transmitió desde 1981 hasta 1983, aunque creo que debe haber un error, ya que uno de los principales videos que asocio a este programa es el de Amante Bandido, de Miguel Bosé, que se lanzó en el 84.

Y recuerdo otro video del mismo año, no exactamente por bueno, más bien por el artista al que llamaban el Samurai de la Canción: ¿alguien se acuerda de Reina de Corazones de Yoshio?

Y bueno, todos los artistas latinoamericanos encontraron su escaparate MTV en Video Éxitos:

La Noche es Mágica - Karina (1987)

El último programa de videos que consumí con gustó por mucho tiempo fue Telemúsica, que si no mal recuerdo se transmitía los lunes por Canal 13, cuando aún era IMEVISIÓN. Fue a inicios de los noventa y tenía como presentadores Pilar Isla y a un español de nombre Alex. Poco hay de esta versión noventera de Telemúsica, pero ya entrando en la adolescencia hacía lo posible por no perdérmelo. Los ejemplos de los videos que recuerdo de ese programa son decenas; Losing my Religion, de R.E.M, Fading Like a Flower, de Roxette, o Groove is in the Heart, de Dee-Lite.

El rap estaba en su apogeo, y los temas más comerciales no podían faltar en Telemúsica: Sucker DJ, de Dimples D, Ice Ice Baby, de Vanilla Ice, y U Can’t Touch This de MC Hammer.

También había latino power y se veían cosas como Déjame Llorar de Ricardo Montaner, Veneno en la Piel, de Radio Futura o esta pasada Llamada All My Loving, de Los... Manolos.

En fin, después de Telemúsica vino la triste historia de Don Embargas y tardé en volver a ver programas de videos musicales en tele abierta, pero me conformaba con los videos musicales que llenaban la programación de Canal 7, cuando el señor Elektra estaba por expandir su imperio, a mediados de los 90, y luego también ya a finales de la década, cuando siguió con la tradición en Canal 40.

Fue en este periodo de teveoscurantismo el que asocio a esos videos musicales menos alegres, en blanco y negro. Aunque con color también se contaba muy bien la angustia propia de la generación X. Nada más ejemplar de ello que la canción más payoleada en esos videos sueltos de la naciente TV Azteca: What's up, de 4 Non Blondes.

 

 

sábado, 4 de noviembre de 2023

1980s: Películas musicales

Me reintegro a mis labores de Retroman con una entrada dedicada a las películas musicales que dejaron huella más sonora que visual (con sus excepciones) en la primera mitad de los 80.

Jesucristo Superestrella (1973)

Una de muchas obras musicales que por medio de una versión cinematográfica se filtró en la cultura mexicana fue Jesucristo Superestrella (Jesuschrist Superstar). La versión teatral fue representada consistentemente en México. Pocas imágenes de esta película musical reservo en la memoria, pues su popularidad fue más de los 70s, pero en la primera mitad de los ochenta se veía mucha publicidad por la tele (y se escuchaba por la radio) de las adaptaciones al teatro mexicano. 






Aunque de esta obra-película sólo recuerdo haber escuchado la canción I don’t Know How to Love Him, en Radio Universal (¡dónde más!), hay algunas que son bastante decentes, como King Herod’s Song y la homónima Jesus Christ Superstar.

 

El Show de Terror de Rocky  (1975)

Estre es otro musical hecho película. El Show de Terror de Rocky (The Rocky Horror Picture Show) es de 1975, pero se coló en mi consciencia a través de la payola de la canción Time Warp… versión Timbiriche (El Baile del Sapo). Desde entonces me llamaba la atención conocer la versión cinematográfica, que para mi gusto no es nada del otro mundo. Al principio me intrigaba cómo es que convirtieron una obra tan cargada de sexualidad a una versión Timbirche




pero luego se me acomodaron algunos cacahuates y creo recordar que más bien fueron los Cachunes los que se encargaron de la puesta en escena en México. Si alguien los recuerda, podrá identificar al Jagger y a la Señorita Espejo en este clip.

 

Vaselina (1978)

Vaselina (Grease) no necesita presentación, pues es quizá el musical más memorable de nuestra generación. Ya habré mencionado que en algún cinito de primaria o secundaria me habrá tocado ver la versión de 30 minutos de dicha película, pero durante toda la infancia me tocaba escuchar por lo menos dos de sus tantas canciones que fueron éxitos radiales: Hopelessly Devoted to You, Summer Nights y Your the One that I Want

 

 

 

 

 

Y para mantener la tradición, de vez en cuando se veía por los programas de Televisa, algunas representaciones de esas canciones por parte de Timbiriche, que estuvo varios años en teatro con esa obra.

 

Xanadu (1980)

Y como era su momento, la finada Olivia Newton-John tuvo continuidad en el mundo de las películas musicales con Xanadu. Otra película que no vi en su época, pero de la que estaba al tanto por radio pasillo, por mis hermanos, y por la dos canciones que se escuchaban por todos lados: Xanadu y Magic.

Parece que la pelí no fue bien recibida, y a mí por alguna razón no me atrae, pero pudiera ser que viendo más clips como el siguiente, que activa la nostalgia con efectividad, al final le dé una oportunidad.

 

Can’t Stop the Music (1980)

Del mismo año que Xanadu, Can’t Stop the Music incluía la participación del popular grupo Village People, cuyas canciones dominaban la radio: In the Navy, Macho Man y Y.M.C.A

Recuerdo sólo una escena de esta película, de la que no me habría enterado si en algún momento alguno de mis hermanos no hubiera hecho zapping a la vieja tele y sintonizado el Cine Permanencia Voluntaria en Canal 5.

Ahora, por lo que veo, la película iba más bien dirigida a otro público, pues por el tráiler se ve que está bastante cargadita de “cultura disco”.

 

La Tiendita de los Horrores (1986)

A pesar de ser la película más “reciente”, este es uno de los recuerdos más destartalados que sobreviven en mi agujerada memoria y que me remite a algún anuncio en la radio de la película u obra musical La Tiendita de los Horrores (Little Shop of Horrors). Si bien no fue una producción que recuerdo de aquellos años, sí recuerdo que mis hermanos tuvieron la fortuna de verla, en alguna de sus versiones. La Tiendita de los Horrores resultó ser una buena comedia con números musicales bastante decentes, como Dentist!

 

 

 

 

Aunque para ser honestos, lo más impresionante de la película es el trabajo con la planta Audrey II. Es un trabajo de marioneta espectacular; sólo basta ver cómo se mueven los labios de la planta al hablar y cantar.

Si bien no hay canción que triunfara en la radio, la planta quedo eternizada como influencia para algunos personajes de video juegos clásicos, mismos que despegaban a toda velocidad en la segunda mitad de los 80.

O a lo mejor sólo era una excusa para referenciar los videjuegos....

Y claro, musicales no ha dejado de haber, aunque no haya mucho que reportar de ello en mis 90. La mayoría de los aquí mencionados dejaron clásicos radiofónicos y recuerdos de los memorables 80.

 

domingo, 14 de mayo de 2023

1988: Corazón, diario de un niño, por Canal 9

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Corazón (Cuore: Libro per I Ragazzi, Edmundo de Amicis) es una famosa colección de historias que tuve la fortuna de conocer tal vez por el 87 por una inusual iniciativa de mi jefe, que de pronto llegó con una edición de Fernández Editores (aunque no sé si era una versión abreviada).

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Yo creo que sí era abreviada, se ve muy delgado.

A más de 30 años de la lectura de ese libro, recuerdo sólo algunos nombres de esas historias, como De los Apeninos a los Andes o El pequeño patriota paduano. De los detalles de los relatos recuerdo casi nada, pero en esencia se narran las aventuras de niños y jóvenes italianos que se enfrentan a adversidades derivadas de la guerra y de la pobreza.

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El pequeño vigía lombardo, el patriotismo es otro de los temas en Corazón.

Como los estudios de animación en Japón siempre han sido muy inquietos, en 1981 hicieron una adaptación de este clásico al que nombraron Ai no Gakko Cuore Monogatari, aunque, al igual que con La Isla del Tesoro, este proyecto no hizo parte del World Masterpiece Theater

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Y debe haber sido una total casualidad que me topara con la transmisión de esta serie en Canal 9, porque además compartía horario con Los Muppets Baby, que me tenían embobado.
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También tenían lo suyo.

Si bien a primera vista Corazón no se impone por su estilo de animación, de algún lado saqué la paciencia suficiente para no descartarlo, quizá porque de pronto habré identificado alguna historia en desarrollo como una de las que recién había leído.

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La dinámica de la serie era muy especial. Un estudiante (Enrico Botinni) narra en su diario las experiencias de su vida en la escuela con sus amigos y compañeros que provienen de distintos estratos sociales. Su nuevo profesor (el Sr. Perboni) se gana la confianza y aprecio del grupo al darles consejos y lecciones de valores en forma de historias (las escritas por Edmundo de Amicis) en donde los personajes enfrentan dificultades que se asemejan a las que sus alumnos encaran a lo largo de la serie.

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Típica escena de tragedia.

Me queda mucho el recuerdo del primer capítulo en que, por rumores, todo el grupo le teme al nuevo profesor, hasta que son testigos de un acto inesperado.


Al igual que con muchas series que narran la vida de los niños en la escuela, era inevitable hacer comparaciones con nuestras propias experiencias, así que de la serie me llevaba los nombres para ver quien encarnaría al bully, al bromista, al callado, etc. 

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Esta serie, como pasó con La Isla del Tesoro, fue una experiencia de sólo una temporada, no recuerdo cuántos capítulos alcancé a ver y pronto salió del aire, quizá sin haber logrado cubrir sus 26 episodios.

Pero además de sus historias emotivas, otro momento memorable eran sus temas de entrada y salida. No sé si sea realmente particular de esas décadas, pero vaya que hacían un trabajo espectacular para dejarte satisfecho a la par que nostálgico con los temas que daban inicio y despedían a las series japonesas de entonces.

Cuore Monogatari o La Historia de Corazón, es un canto al ritmo de vals. Destaca además la voz del intérprete, que se dice que es la misma Rocío Prado (la voz de Enrico Bottini). Si es así, tantas décadas de considerárseles sólo como actores de doblaje representan un crimen que hay resarcir y una llamada de atención para la mediocridad que invade la profesión hoy en día.


Y luego, para acabar ya de plano con todo estoicismo, la serie te receta como salida la canción Shiroi Nikki, o Diario Blanco. Pocas veces una interpretación distinta a la original la supera en calidad, pero si de verdad es Rocío Prado quien canta la versión en español, es para declararla Tesoro Nacional.

Como dije antes, esta serie no se volvió a ver y supongo que fue menos exitosa que otras de la época. 

Sin embargo, hay una serie más que cubre una de las historias de CorazónMarco o De los Apeninos a los Andes. Yo no recuerdo esta serie, aunque al parecer sí se transmitió en México. De hecho, sólo me entero que existió porque es un referente recurrente en España, donde todo indica que fue muy popular y sí hizo parte del proyecto WMT.


En fin, yo creo que hay por ahí muchos contemporáneos que recordarán estas series y sentirán la misma punzada en el cuore al revivirlas.