Hubo una época en que Spider-Man era conocido en México como El Hombre-Araña. Así lo conocí yo a inicios de los 80, no recuerdo qué tan
temprano en la década, pero recuerdo mucho el número que llegó a mis manos. Era
una batalla entre el Arácnido (uno de sus apelativos dentro del comic) y los
villanos Hombre de Arena e Hidroman (éste nombre creo que sí lo dejaron en
inglés).
El Asombroso Hombre-Araña era un cómic que comenzó a ser
publicado por el desaparecido grupo Novedades Editores en abril de 1980. Yo lo
comencé a comprar con regularidad allá por el 90, después de ver una portada
que me llamó la atención por el estilo del dibujante Todd McFarlane. En la
actualidad conservo poco más de 100 números de los más de 550 que se
publicaron.
En sus inicios, Novedades publicaba el cómic en el formato
que estableció La Prensa, editorial que introdujo el Arácnido al mercado mexicano.
Era una edición de 24 páginas, de 24 X 17 cms. Eventualmente, la editorial
comenzó a publicar ediciones de 48 páginas con un formato de 27.5 X 18 cms.
aproximadamente. Estas nuevas ediciones contenían dos historias del Araña.
El cambio de formato fue una excelente idea para más o menos
ponerse al parejo no sólo con el original The Amazing Spider-Man, que comenzó a
publicarse en 1963 en los Yunaites, sino también con The Spectacular Spider-Man
y Web of Spider-Man, series hechas para explotar el éxito del concepto de este
superhéroe.
Lo que originalmente me ancló a esta revista fue el estilo
del dibujante Todd McFarlane, quién inauguró una cuarta publicación:
Spider-Man.
¡Chulada de estilacho el de McFarlane!
Eventualmente, lo que
terminó convenciéndome de coleccionar el cómic fue la idea del héroe
falible. El origen del Araña es conocido de todos, pero lo que no muchos saben
es que los creadores quisieron darle un giro a la idea del héroe todo poderoso
encarnado entonces por Superman, y hacerlo más vulnerable, no sólo por sus
poderes limitados, sino por su condición económica. Muchas de sus historias tienen que ver con su incapacidad
para ganar suficiente dinero para mantenerse, o para combinar su actividad
heroica con sus estudios. Recuerdo un número en donde Peter Parker quiere
vender su primer microscopio para ayudar a tía May, eran cosas que no le
pasaban al "estirado" de Batman.
Durante algún periodo en el comic, incluso es impopular
entre la gente gracias a la campaña negativa del diario El Clarín (The Daily
Bugle). En suma, ese fue el gancho
perfecto para que tantos chamacos nos identificáramos con el Hombre Maña.
Algo curioso de la versión de los comics Marvel de Novedades
era que simplificaban mucho los diálogos. No sé si se deba a que no tenían la
tecnología o el material humano para
traducir los diálogos completos. Me parece, sin embargo, que hacían un muy buen
trabajo, porque las historias no perdían mucho.
Como en realidad las historias del comic original se cubrían
en 20 páginas a lo mucho, Novedades agregaba publicidad a la revista y dos
secciones de su propia creación: La Era Marvel y La Telaraña Musical. Mi
favorita, por supuesto, era La Era Marvel, en donde J. G. Holguín respondía
preguntas de los lectores sobre los héroes Marvel, anunciaba historias que
serían publicadas en el futuro, y también una relación de los números
publicados por Novedades. La Telaraña Musical era una sección dedicada a hablar de
cantantes del momento, y a veces publicaban entrevistas con ellos.
Mientras Novedades editaba el comic, lo precios fueron
siempre de ganga, pero eventualmente la empresa dejó de editarlo por 1994, y
cedió los derechos a Editorial Vid, que gracias a la crisis económica, no pudo
más que volver a los ejemplares de una sola historia, con un precio que ya no
pude pagar en aquel entonces.
Sirva este rollo para conmemorar el incio de la Era del
Hombre Araña, para los ochenteros/noventeros de México. A continuación una pequeña
compilación gráfica de lo aquí presentado.
Yo trabaje en lo que entre nosotros llamábamos la Redacción del Hombre Araña en 1980-1981. En esta redacción se editaban en español "Pólvora y Puños", "Novelas Inmortales", "Diabólico", "Los Vengadores" y "Los Cuatro Fantásticos" de Marvel Comics. El director era el icónico Remy Bastien Van der Mir (haitiano-mexicano) y su segundo de a bordo el mexicano Emmanuel Hass Lagos. Las oficinas estaban en lo que hoy es Avenida Morelos 15, tercer piso, a un lado del periódico Novedades (hoy Milenio), en el centro del Entonces Distrito Federal hoy CDMX. Una aclaración, los textos de las historietas mencionadas no se traducían propiamente. Se utilizaba lo que se llamaban regletas, que eran dos micas de unos 7 x 10 centímetros cada una. Una de ellas tenía líneas y la otra letras MMM por ser la segunda más ancha del alfabeto después de la W. Ambas se sobreponían en los globos de los diálogos y textos del comic. Había que contar las letras y hacer que las palabras cupieran en los globos de los diálogos y textos del comic. Era laborioso. Recuerdo que el traductor más eficiente para el Hombre Araña era el español Benito Agut, radicado en México; también lo hacía otra señora que no recuerdo su nombre, creo que era esposa de alguien que trabajaba en la Cancillería. Otra persona que trabajó allí fue el dibujante David, no recuerdo su apellido, pero era quien elaboraba el dibujo en la contraportada de la llamada GALERIA DE VILLANOS, ahí siempre salía uno de los personajes malvados. En mi chamba yo era responsable de responder cartas como el Hombre Araña a los niños cuyos nombres eran publicados en una plana dentro de la historieta. Un niño visitante al que acompañaba otro amiguito me llamo a mi casa 15 años después para saludarme y agradecerme que lo había atendido en la oficina, que era muy pequeña por cierto. Esa llamada fue breve pero muy grata para mí y por ello la recuerdo con mucho cariño. Haber trabajado en esa oficina fue una experiencia personal muy bonita. Antes trabaje en 1976 con el dibujante de Tarzan y Kid Acero, Antonio Santillán. Desde 1982 me inicie en el periodismo a la fecha, pero mi bagaje en la historieta me dotó de habilidades y muchas cosas más. Aunque no fuimos amigos, recuerdo con mucho cariño y afecto a Bastien, a Hass, a David, a Alfonso, a la señora Mary y a Norma, con quienes conviví a diario en esa mágica redacción. En ese mismo piso se editaban fotonovelas y el Chanoc, pero eran publicaciones ajenas pertenecientes a Novedades o Publicaciones Herrerías.
ResponderEliminar¡Qué bárbaro! ¡Tu historia le da sentido a este humilde espacio... además de un bienvenido caché! Ojalá eventualmente puedas compartir más sobre esa fabulosa experiencia. ¡Saludos!
EliminarCaray!!! Que increible historia!!!
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