Es un hecho
que cada generación recuerda como únicos e irrepetibles ciertos elementos de la
cultura pop que le tocó vivir. Esta vez rescato del olvido esos breves segundos que las caricaturas de los 80 se tomaban para fomentar en
nuestra mentes esponjosas un poco de valores y conocimiento.
En Sport
Billy, una caricatura Europea que llegó a América entre 1982 y 1983, el tema
siempre era el espíritu deportivo, pero casi estoy seguro que la historia del
día terminaba abordando algún tema valoral a partir de la aventura
correspondiente. Quizá esta caricatura haya iniciado esta modalidad, y quizá
también haya sido la política de Filmation Associates (confirmado, sí era su política), pues muchas de las
caricaturas que recuerdo con este agregado tan relevante eran de esa
productora.
Por
ejemplo, en la caricatura El Llanero Solitario (The Lone Ranger, 1980), también
de Filmation, recuerdo haber escuchado sobre la ruta del explorador Francisco
Vázquez de Coronado, justo en esa mini cápsula al final de un capítulo. Como
ven, la caricatura hizo su trabajo y por lo menos recordé el nombre. A falta de ese clip, les comparto lo poco que se puede encontrar en la red.
Y les
cuento otra de vaqueros. Filmation produjo El Vaquero Galáctico (BraveStarr,
1987-1988), un western futurista en donde, al final de cada capítulo, el
protagonista te miraba a los ojos y te decía: ‘Ya no robes, mano’, además de darte
otros buenos consejos.
BraveStarr fue el inicio de la carrera de Lupe Esparza. |
Pero no
podía faltar quizá la obra más destacada de Filmation, He-Man y los Amos del
Universo (He-Man and the Masters of the Universe, 1983-1985). Al igual que en
BraveStarr, la cápsula final era dirigida a la formación de valores positivos.
Y como ya
desde entonces existía la equidad de género, estos consejos llegaron también
por parte de la hermana gemela de He-Man, She-Ra en su propia serie (She-Ra:
Princess of Power, 1985). Aquí el consejo te lo daba un animalillo parlanchín
que además te retaba a encontrarlo escondido en algún fondo durante cada
capítulo. Otro producto de Filmation.
Claro que
las producciones de Filmation no eran las únicas que aportaban algo más que
entretenimiento a los chamacos ochenteros. Durante alguna de varias
repeticiones de los Halcones Galácticos
(SilverHawks, 1986) de producciones Rankin/Bass, yo no me perdía nunca la parte
final de cada capítulo, en donde Vaquero (como ven, los vaqueros aún eran tema)
retaba al Niño de Cobre a responder una trivia sobre el cosmos y sus destacados
habitantes.
El ánime de
la época estaba dominado por las adaptaciones de obras literarias que siempre
tenían en su contenido un buen mensaje. Pero recuerdo con claridad uno que, al
igual que las caricaturas de esta entrada, dejaba un buen consejo al final del
capítulo. Lalabell, la niña mágica (Mahō Shōjo Raraberu, 1980-1981) también
reservaba sus últimos segundos para reflexionar y escribir en su diario sobre
una moraleja o proverbio que durante el desarrollo de cada capítulo soltaba el
abuelo Tachibana. A mí me quedo en la memoria el recuerdo del conocido dicho
“La unión hace la fuerza” que vi en este capítulo.
El grado
mayor de involucramiento de las productoras de caricaturas en el servicio a la
comunidad, fue el programa especial Dibujos animados al rescate (Cartoon
All-Stars to the Rescue, 1990) que daba banderazo de salida a la década. Recuerdo
que lo habían anunciado mucho y que me emocionaba la idea de ver a muchos
personajes de las caricaturas del momento en la misma historia. El motivo de
tal evento era parte de una campaña contra el uso de drogas, y ese especial
animado fue financiado particularmente por McDonald’s (quién lo dijera).
La
realidad es que fue desilusionante ver a esos personajes representados con muy
baja calidad; muy por debajo de sus representaciones originales y con voces totalmente diferentes. Quizá por eso
ya no recordaba ni el propósito ni la historia. Aquí el programa completo.
Y
justamente a inicios de los 90, Los Simpsons cubrieron consistentemente temas
de valores. Las temporadas de la uno a la tres, entre 1989 y 1992 (las mejores
de toda su historia, a mi parecer), estuvieron cargadas de conflictos
desarrollados con un excelente humor que derivaban en una moraleja, las mayoría
de las veces presentada de manera muy sutil. El único momento en que se tomaron
un instante al final del capítulo para dar una reflexión directa al auditorio
(al estilo de Filmation) es en el episodio Bart, el general, de la primera
temporada.
Es
claro que durante nuestros 80s y 90s las caricaturas en TV también servían para
fomentar abiertamente valores positivos y hábitos saludables, aunque sólo fuera
durante algunos segundos. Quizá haya algo de verdad en eso de que tiempos
pasados eran mejores.
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