En 1986 la compañía diseñadora de videojuegos KONAMI lanzó el primer título de una de sus sagas insignia, Castlevania. La primera entrega hecha para la consola de moda, Nintendo Entertainment System, era protagonizada por Simon Belmont, quien debía encontrar y liquidar nada más y nada menos que a Drácula.
Yo jugué por primera vez este título en las maquinitas allá por el 88. En aquel entonces había muchos juegos del Nintendo de 8 bits, todavía conviviendo con los de Atari y los de Sega en las arcadias. Al principio podías acabar esos juegos con un solo crédito, si tenías la habilidad para hacerlo. Eventualmente les comenzaron a agregar un cronómetro que detenía el juego después de cierto tiempo y había que echarle una moneda más para continuarlo.
Castlevania se volvió uno de mis juegos preferidos por su temática. Recuerdo la primera vez que enfrenté a Medusa: al llegar su escenario, la puerta de entrada se bloqueaba, la música de fondo se ponía más tétrica y comenzabas a chillar, porque de la estatua central se desprendía la cabeza de Medusa. Se movía de un extremo del cuarto hacia otro y soltaba serpientes que te atacaban. Realmente era aterradora, para mi edad. Quizá los aficionados a Castlevania de más recientes generaciones sintieran lo mismo al enfrentar la versión de medusa del Castlevania Lament of Innocense.
Castlevania fue el primer juego que me produjo un poco de miedo. Hoy en día los juegos del género de terror son mucho muy populares, pero sería bueno tratar de recordar cuál fue el primer juego que nos provocó ese efecto. Si tienes un videojugador empedernido y quieres compartir tu primera experiencia de miedo provocada por un buen juego, participa en este blog con un audio comentarios de esa experiencia.
Por cierto, así te recibía Medusa en el 2000.
Por cierto, así te recibía Medusa en el 2000.