martes, 31 de diciembre de 2019

1990: Enigma: MCMXC a.D.


En esta corta entrada los invito a recordar un proyecto musical nacido a la par de la decada noventera y con una propuesta nunca antes vista. En una época en que la internet estaba lejos de quitarnos la capacidad de asombro, las bandas AM y FM se comenzaron a saturar con el tema Sadeness (Part I), tema que nos enganchó a un "nuevo género musical" que así irrumpía en la radio comercial. 

Monjes...
Enigma está catalogado como un proyecto musical de New Age fundado por Michael Cretu, quien con su primer grupo de músicos lanzó a finales de 1990 su primer album titulado MCMXC a. D. Este fue quizá mi primer contacto con la música New Age. Y vaya primer contacto. 
y cruces.
  Su canción insignia Sadeness me presentó una instrumentación y un ritmo que fueron novedades para mí, pero además, y en especial, a todo mundo nos agarró en curva con la introducción de coros de inglesia (gregorianos, me enteré después) como acompañamiento, mismos que le daban un aura de misterio.
Aquí nomás, grabando el album.
Luego, ya con la liberación de otros temas del album, como The Principles Of Lust y Mea Culpa, nos fuimos dando cuenta (aunque algo intuíamos) que además de los motivos sacros, sus canciones tenían también una carga de temas sexuales.
   
De hecho, según me entero, para promocionar su éxito Sadeness en algunos países (creo que México incluido) decidieron cambiarle el nombre a Sadness, para eliminar del título el tema central de la canción, que es porsupuesto cierto marqués francés bastante pasadito de lanza.
 
Un monje con censura.

Mi gusto por este primer album de Enigma me llevó a comprarlo en cassette y después a rentarlo en CD (para copiarmelo en cassette). De nuevo, a años de la explosión del internet, no podíamos saber qué más estaba haciendo Enigma y en la radio dejó de tocarse su música de forma regular. No fue sino hasta 1994, con la fabulosa Return To Innocence (ya sin coros gregorianos), que recordé que existía este proyecto. 
   
Y luego, en 1997, el proyecto ERA quiso emular, a mi parecer sin éxito, los grandes hits del MCMXC a. D. de Enigma. Con su canción Ameno, ERA traía de vuelta los cantos gregorianos al New Age, y luego en el 2000 regresaba con una calca llamada Divano.

Lo único bueno de aquellos intentos poco originales era que nos remitían siempre al inicio con Enigma y nos hacían apreciarlo aún más.

Bueno, ERA también nos dejó un buen meme. 
 
Yo creo que será muy difícil que esta tendencia se vuelva a repetir y por ello que alguien le quite su lugar a Enigma en la historia de nuestros 90.

viernes, 13 de diciembre de 2019

1980s-90s: Los sonideros

Sobre la cultura del bailongo callejero tengo poca, muy poca experiencia directa, puesto que me tocó  vivir la era de los sonideros de chamaquillo. Al respecto mis hermanos mayores tendrán quizá algo más que decir, aunque no sé cuánto.


Y es que lo qué sí recuerdo, además del ruidazo que se alcanzaba nuestro pequeño departamento del número 110 en Ciudad Neza, era que mi madre le tenía un gran temor a estos eventos pues eran los días de las bandas callejeras de los 80 y era común que irrumpieran a marcar su territorio. 


Por ello, estoy seguro que debió ser muy difícil arrancarle un permiso para asistir a una tocada. Sobre la bandas de Neza en los 80, aquí hay un excelente arículo al respecto.

Recuerdo también que las calles se tapizaban con la publicidad en carteles bicolores de los siguientes eventos en el área. En especial se llenaban de estos carteles los grandes muros de los baños Texcoco y del Cine Nezahualcóyotl, pero además a cada poste de luz y a cada barda de un terreno baldío le tocaba los suyo.



De hecho, recuerdo que me llamaba la atención esos carteles pues siempre tenían un arte interesante, futurista en muchos casos. Si entonces no había internet para piratearse algún diseño, ¿de dónde salían estas ideas? Aquí les ejo un artículo sobre un ilustrador encargado de darle una imagen visual al High Energy.







Desde los noventa, asocio más a los eventos de sonideros con la música tropical, ya que la mayoría de los cuates de secundaria que le daban al zapateado eran salseros o cumbieros. Había algunos que cruzaban de género por irse a bailar o a ligar, como el Changuito, que comenzó roquero y asiduo asistente a eventos del sonido Carita JC; pero que, al puro estilo Jacinto Metalero, terminó yendo a tocadas más tropicales y gruperas, quizá más del tipo del sonido La Changa

Por cierto, había melodías de cajón según el género, y una de las constantes en los toquines de rock era The Break Up Song.



A algunos otros compañeros de secundaria les encantaba dibujar los logotipos de los sonideros, y en especial recuerdo a alguien dándole forma al logo de Polymarchs en pluma BIC. Vagamente recuerdo a otro que en el taller de electricidad de la Técnica 5 delineó con foquitos led el logo de algún otro sonido de la época empotrado en la caja de un tráiler de juguete.

El único contacto intencional (muy indirecto) que tuve con la cultura de los sonideros fue además el último. Animado por el Changuito en otra de sus mutaciones, me compré un casette del sonido Patrick Miller de pura música que él llamaba “jáyiyer ni”, o sea High Energy.

Como es patente, no viví la época ochentera de los sonideros más que de rebote, aunque, si tuviera que rescatar algo de ella, sería el gusto por la música High Energy de aquellos tiempos, que se escuchaba si por alguna razón me sacaban a caminar cerca de algún evento en los barrios de Neza. Quizá la rola que más me hace identificar esta cultura ochentera y noventera es Living On Video.