sábado, 22 de septiembre de 2018

1987: Destrúktor, el defensor cósmico

A mediados de los 80, cuando ya era fiel lector de Karmatrón y los Transformables, en un par de números, si no mal recuerdo, venía otra historieta de regalo. Tal historieta era Destrúktor, el defensor cósmico.

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Destrúcktor era una historieta de ciencia ficción, y al igual que Karmatrón, los personajes principales eran jóvenes, sólo que esta vez eran los pilótos de un robot gigante. Recuerdo que los personajes se llamaban Cosmo, Cucho y Daphne, y que tenían un patiño, al estilo Robby o Jiva, en Karmatrón. El antagonista era compadre de Panteón de Asura, en Karmatrón: el malévolo Astaroth.
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De hecho, fueron tan pocos los números que compré de esta historieta, que tuve que darle una manita a mi chompeta para recordar algunas cosas sobre este desaparecido proyecto. 

Como que Destrúktor era una nave llamada Solaris y que había una especie de oración que tenían que decir los pilotos para transformarla en Destrúktor. Algo muuuuuy similar a lo que hacía Zacek para transformarse en Karmatrón, o para que el viejito Mumm-Ra se transformara en luchador de la triple AAA.

institutokubert.blogspot.com

Que Daphne se vestía particularmente demasiado ligero para un personaje de comics para niños.

Que había habido un crossover con el fantástico Karmatrón en las páginas de éste mismo.

institutokubert.blogspot.com
Y recuerdo que algunas contraportadas las ocupaba mini posters de los personajes del comic. 

Mucho de esto no lo puedo mostrar porque en internet prácticamente no hay imágenes de páginas interiores. Pero en YouTube, un usuario tuvo la gran idea de hacer videos con la lectura de las páginas de esta historieta. Aquí el Destrúktor No. 17. (Aunque en ese canal se puede ver desde el No. 1.


El el estilo de la historieta Destrúktor no fue enteramente de mi agrado. Me parecían algo aburridos los colores de escenarios y personajes. Incluso el diseño y el color de Destrúktor no me gustaba mucho, y las tranfornaciones que tenía no me fascinaban. 


De hecho, habré comprado cinco o seis de esas historietas y no las extrañé cuando desaparecieron. Sin embargo, no creo que haya sido realmente un mal comic. Yo creo que simplemente lo comparaba demasiado con Karmatrón y decidí que no valía la pena. 

Ya a finales de los ochenta, cuando volvía a hacerme coleccionista de Karmatrón, no se veía en los puesto de revistas la serie de Destrúktor, pues parece que simplemente se dejó de publicar a partir del número 33. Para quienes esténinteresados en saber más sobre este interesante proyecto, les dejo esta liga con un excelente reportaje:



sábado, 1 de septiembre de 2018

1980s: El lanzacorcholatas y otras armas lúdicas

Durante nuestros días de chamacos tuvimos como entretenimiento películas y series de televisión con temas bélicos pero también con temas de héroes pistoleros. Todavía no se había suprimido el racismo de las películas de indios y vaqueros y era muy común verlas por las mañanas en Canal 5 durante El Cinito del Tío (Gamboín), y los domingos en la barra Cine Permanencia Voluntaria.


También estaban las series de las que hablaremos después como los Inrrascables y Combate. El caso es que había pistolas y armas de fuego por todos lados, así que para ponerse a jugar a que éramos soldados o vaqueros pasamos de imaginar que las manos o una rama de árbol eran un revolver o un rifle, al desarrollo de una tecnología de juguetes bélicos muy mexicana (creo): la lanzacorcholatas (o lanzafichas).

Aquí los Inrascables




Y aquí los Intocables
Desconozco de dónde salió la idea de este milagro de la ingeniería, pero del taller de carpintería que compartíamos en la casa sacábamos mucho material. Para conseguir municiones, o sea las corcholatas, mis hermanos se lanzaban a las tiendas que antaño tenían hieleras para los refrescos y las cervezas. Las hieleras tenían sus destapadores  que se llenaban de corcholatas todo el tiempo. 

Antiguo expendedor de municiones para lanzafichas

El lanzacorcholatas consistía en una barra de madera con dimensiones aproximadas de 40x10X5, con un clavo en la punta se sujetaba una liga larga. Dentro de la liga se colocaba una corcholata y se estiraba hacia atrás en donde una prensa hecha con madera y ligas la sujetaba. Esta prensa era el gatillo que al hacer presión en la punta opuesta, liberaba la corcholata que salía chillando y buscando un ojo para pedir posada.

Después de describirla me hice a la tarea de buscarla y encontré este video.






Yo era muy chico entonces, pero recuerdo bien este artefacto. A veces jugábamos a tirar muñecos con corcholatas. Después, cuando ya tenía la habilidad suficiente, me dio por simplificar el asunto usando sólo ligas que estiraba con una madera y a buscar todo tipo de blancos, desde figuritas de plástico hasta las arañas patonas de las esquinas de mi cuarto.

Mucho después conocí un artefacto realmente letal que nunca utilicé porque sí estaba de miedo. El famoso dardo de popote. Este chistecito era un popote con un pasador para el pelo al que se le quitaban las puntas de goma y se amarraba a la punta. Una parte del pasador se enganchaba en una liga para estirar el popote y después soltarlo. Ingenioso pero definitivamente no recomendable como juguete.

  
En fin, estos juguetes no han quedado del todo en el pasado, pero jamás he vuelto a ver a niños jugando con artefactos así de rústicos. ¿Alguien llegó a jugar con estas maravillas?