lunes, 29 de noviembre de 2021

1989-1993: The Simpsons y otros beat'em up de Konami

El género beat’em up fue uno de los más populares durante los 80 y 90 en las salas de arcadias, o más localmente, en las maquinitas. Antes de irme a los más clásicos, esta vez empiezo con los más vistosos y llamativos, que eran los de la compañía Konami

Si bien Konami ha sido sinónimo de calidad en creación de video juegos, mucho de su renombre se lo habrá también ganado por las licencias que se consiguió para incursionar en el mercado de los videojuegos del género. Aquí cinco muestras de esos juegos chupamonedas que me tocó jugar.


1989: Teenage Mutant Ninja Turtles

 

El primero y uno de los más recordados juegos en el cierre de la década de los 80 fue Teenage Mutant Ninja Turtles. Konami se hizo de la licencia de estos personajes de historieta masivamente popularizados en la serie animada lanzada en 1987. 

 

 

 

 

 

 

 

Un juego que hacía una buena adaptación de los personajes de la pantalla a los pixeles. Era entretenido acercarte a ver jugar a alguien más sólo con la intención de reconocer a los personajes de la serie. Y no podía faltar la pizza, para recuperar energía.

¡Un pedazo de intro!
El cómic original.

La pizza obligatoria.

1991: The Simpsons Arcade Game 

Para 1991 la serie Los Simpson ya era un éxito internacional y estaba sin duda en sus mejores temporadas. Konami nuevamente se apunta una popular franquicia que además supo manejar, porque, si bien un juego de los Simpson en donde la familia sale a perseguir al señor Burns y a agarrarse a guamazos con medio Springfield no es un tema muy Simpson, el juego es entretenido y no te deja cuestionarte el asunto. 

 

 

 

 

 

 

Quizá sea Konami quien haya introducido las máquinas para cuatro jugadores, y este juego lo aprovecha bien, no sólo porque puedes jugar con cada uno de los personajes, sino porque los programadores agregaron movimientos especiales si se juntaban dos o cuatro personajes a la vez.

Mejoraban las versiones de los intros...

...y se aprovechaban los multiples jugadores simultáneos.

1992: X-Men 

Un flechazo más justo cuando disfrutaba de los comics de El Hombre Araña Presenta, de Novedades Editores, y particularmente de las historias de los Hombres X (X-Men) que ahí se publicaban, como la saga de Fénix oscura.

Nuevamente Konami hace un buen trabajo en la jugabilidad y en la adaptación de los personajes. Por cierto, más que basarse en el comic, este juego se basa en un capítulo único que se transmitió en los yunáites en 1989 de una serie llamada Pryde of the X-Men, por ello, los personajes escogidos para el juego no son el equipo original de los cómics, sino una combinación de “nuevos mutantes”: Coloso (Colossus), Merodeador (Nightcrawler), Tormenta (Storm), Glotón (Wolverine) y Fulgor (Dazzler, que no destacó como personaje más allá de esos años), siendo Cíclope (Cyclops) el único miembro original. 

 


La intro del juego.
Y aquí Konami se voló la barda pues este juego permitía seis jugadores simultáneos. 

Una máquina mamut para seis jugadores simultáneos.
Un detalle chusco que quienes entienden inglés no olvidan hasta hoy son algunos parlamentos de Magneto que parecen haber sido escritos por estudiantes básicos de inglés (Magneto: “X-Men, welcome to die!” y Magneto: “I am Magneto, master of magnet!”)

 

1992: Bucky O’Hare 

Ya en alguna entrada mencioné el juego de plataformas de Bucky O’Hare que pude disfrutar en Famicom. Este sin embargo es un juego beat’em up, y también se basa en la serie animada Bucky O’Hare and the Toad Wars, que a su vez se basaba en las historias de Bucky O’hare en el  cómic Echo of Futurepast, de 1984. 

Debo decir que este es el único juego de arcadias que nunca vi ni jugué en la era del degenere maquinero. Por ello no hay mucho que pueda decir  más que se ve la mano de Konami en la calidad del diseño.


 

El cómic de los 80.
La intro al estilo Konami.

Gran diseño de Konami.

1993: Metamorphic Force

El último juego de esta maratón del recuerdo. Este juego de Konami es el único que al parecer no es una licencia de algún personaje de cómics o de serie de televisión. 

El estilo y el diseño colorido de  este juego es igual a los juegos antes mencionados, aunque aquí los personajes comienzan siendo los clásicos borrachos peleoneros que, para volverse más efectivos, se deben convertir en animalitos de la creación que andan a dos patas y lucen muchos músculos (¿de dónde me suena esto?).


 

 

 

 

El último de los grandes beat'em up de Konami.

Este ataque ya está bien visto.

 

Varias similitudes con este clásico de SEGA.
Hasta aquí este largo recuento de una de las cartas fuertes de Konami a finales de los 80 e inicios de los 90. Hay muchos otros juegos del género que valdrá la pena rememorar en otra ocasión.


miércoles, 21 de julio de 2021

1996-2000s: Now That's What I Call Music

Por JC.
 
En los años noventa, había un sinfín de bandas nuevas de la llamada música alternativa, además de proyectos de otros géneros tales como dance, hip hop y pop. Eran tantas y tan diversas las propuestas musicales, que resultaba imposible comprar todos los CDs de tus bandas y cantantes favoritos, lo cual se complicaba si eras un adolescente de secundaria o bachillerato.

 

Por suerte, a partir del año 1995 se empezaron a editar en México los samplers (o compilaciones) conocidos como Now, cuyo nombre completo es Now That’s What I Call Music. Si bien estas colecciones de canciones no eran exhaustivas, pues sólo incluían 18 temas, sí contenían parte de lo más representativo de la época.

Personalmente, me inicié con el Now 2 de 1996. En aquella época escuchaba Radio Activo 98.5 y me gustaba mucho su programación musical. No recuerdo cómo descubrí los discos Now, pero al ver las canciones del Now 2, me di cuenta de que me agradaban muchas de ellas: Alright de Supergrass, A Girl Like You de Edwin Collins, Country House de Blur, It’s Oh So Quiet de Bjork y, especialmente por la cual me decidí a comprar el disco, Carnival de The Cardigans. Al escuchar el CD, también noté que conocía algunas otras como One of Us de Joan Osborne, Gangsta’s Paradise de Coolio y Miss Sarajevo de Passengers.

The Cardigans - Carnival (1995)

 
 
Edwin Collins - A Girl Like You (1994)
 


En estos discos también se filtraban canciones de otros ritmos ajenos a la música alternativa como pop y dance. Por ejemplo, el Now 2 incorpora temas de pop como Runaway de Janet Jackson y Father and Son de Boyzone, y de dance como Land of Dreaming de Master Boy y Dub I Dub de Me & My, que honestamente no me agradaban tanto.

Boyzone - Father And Son (1995)

 
Master Boy - Land Of Dreaming (1996)


El Now 2 lo compré en Gigante (hoy Soriana) cuando hubo descuento en CDs. No se me olvida que lo había visto previamente en Comercial Mexicana (también hoy Soriana) y que cuando anunciaron el 40% de descuento en discos, mi hermano me acompañó a comprarlo. Desafortunadamente, cuando llegamos a la tienda, una mujer lo había tomado y vimos cuando lo pagó. La parte positiva es que también había descuento en Gigante, y aunque únicamente era el 20%, pude conseguirlo a un buen precio.   

Después de haber disfrutado del Now 2 todo ese año, esperaba con ansias el Now 3. Para mi fortuna, era bastante mejor que el anterior y mucho más enfocado en la música alternativa, con únicamente un par de temas pop, además de que incluía las letras de las canciones. Al igual que el Now 2, el Now 3 tenía muchas de las canciones que pasaban en Radio Activo: Free To Decide de The Cranberries, The Only Thing That Looks Good On You de Brian Adams, Slang de Def Leppard, Wrong de Everything But The Girl, Lemon Tree de Fool’s Garden, Mint Car de The Cure, Disco 2000 de Pulp y Follow You Down de Gin Blossoms. Y por supuesto, Se A Vida É de mi banda favorita, Pet Shop Boys.


Def Leppard - Slang (1996)   

 
Pulp - Disco 2000 (1995)

El siguiente año, continué con la tradición, y compré el Now 4, también con grandes temas que me gustaban y con las letras de las canciones en el cuadernillo una vez más: Down de 311, Beetle Bum de Blur, She’s A Star de James, If It Makes You Happy de Sheryl Crow, Scooby Snacks de Fun Lovin’ Criminals, Your Woman de White Town, Elegantly Wasted de INXS, Pepper de Butthole Surfers, Say What You Want de Texas, y hasta dos canciones de pop que sí me agradaban, Wanna Be de Spice Girls y Get Down de Backstreet Boys.

311 - Down (1995)

Spice Girls - Wanna Be (1996)

También, en su momento llegué a ver el Now 1 y, a pesar de contener excelentes temas como: Paninaro ’95 de Pet Shop Boys, Hold Me, Thrill Me, Kiss Me, Kill Me de U2, All I Wanna Do de Sheryl Crow, Ode To My Family de The Cranberries, y High And Dry de Radiohead, no era tan increíble como sus sucesores.

A partir del Now 5, ya no volví a comprar ningún Now hasta que varios años después encontré, en una tienda especializada en música alternativa, el Now 8 de 2001, el cual es también realmente bueno con canciones como: Special K de Placebo, The Rock Show de Blink-182, Last Resort de Papa Roach, Hash Pipe de Weezer, Again de Lenny Kravitz, Clint Eastwood de Gorillaz, Knives Out de Radiohead y One More Time de Daft Punk. En ese volumen en particular, la mayoría de las canciones pop contenidas no están nada mal: Thank You de Dido, Pop de N’Sync, Halfway Around The World de A*Teens, I’m Like A Bird de Nelly Furtado, Come On Over (All I Want Is You) de Cristina Aguilera y Supreme de Robbie Williams.

Papa Roach - Last Resort (2000)

Nelly Furtado - I'm Like A Bird (2000)

 

Igualmente, no hace tanto tiempo, compré el Now 2016 porque incluía, además de una canción que un alumnito me había mostrado, y la cual me pareció muy pegajosa y nada despreciable: Cake By The Ocean de DNCE, un DVD con los videos musicales de todos los temas. Al escuchar este disco, me quedó claro que los Nows más recientes tomaron una dirección totalmente distinta a los antes descritos, centrándose completamente en la música popular juvenil de cantantes como Justin Bieber, Katy Perry, Shawn Mendes, Ariana Grande, Nick Jonas, The Weeknd y Sam Smith, por mencionar algunos.

DNCE - Cake By The Ocean (2015)

Para terminar, quisiera aclarar dos puntos. El primero es que, una de las partes negativas de estos discos era que algunas veces no traían las versiones de radio de las canciones. Por ejemplo, se supone que Fast Love de George Michael es el track 2 del Now 3 y Discothéque de U2 es el track 1 del Now 4; no obstante, en ambos casos se trata de remixes, lo cual era un poco decepcionante debido a que, en parte, había comprado estos CDs esperando disfrutar de esas canciones también.

U2 - Discothèque (1997)

La segunda cuestión es que, al parecer, estas compilaciones fueron hechas específicamente para México, puesto que al revisar en internet, las contrapartes estadounidenses y británicas de estos Nows están compuestas de temas totalmente distintos a los contenidos en las ediciones de nuestro país.



viernes, 16 de julio de 2021

1980s-90s: ¡Queremos rock... urbano!

Como ya es sabido para los lectores de este remedo de blog, el que escribe considera que los ochenta y parte de los noventa fueron muy versátiles en cuanto a música se refiere.

En la radio se podían sintonizar estaciones para satisfacer el gusto por la música romántica en español (Radio Variedades, Radio Mil, etc.)

y otras para lo mismo en inglés (Azul 89, Radio Universal, etc.).

Si querías algo más tropicoso te ibas a la Tropi Q,

y para las rancheras, nada como Radio Sinfonola o La Consentida.

Y si querías escuchar lo más nuevo en música juvenil te ibas a Radio Alegría o WFM.

El asunto es que no recuerdo alguna estación que dedicara espacio al rock urbano, desde mediados de los 80 y hasta inicios de los 90. Y es que Neza y otras áreas conurbadas al Distrito Federal así como muchas delegaciones del mismo fueron, a finales de los 70 y hasta casi cerrando los 80, el foco de ese movimiento musical contracultural que daba voz a los marginados con historias y lírica no aptas para las ondas radiofónicas (por lo menos las comerciales), aunque debe haber alguna emisora clandestina por ahí que escapara a la censura.

Por mi parte, el rock urbano no me atrajo nada durante mucho tiempo pues era inevitable la conexión con el típico gandalla de barrio de greñas embadurnadas con moco de gorila, pantalones entallados que parecían estrangular la respiración con solo verlos, y la playera de la banda de rock de moda.


De los primeros contactos involuntarios con este género me llegan vibras de Viejas del Distrito Federal, de Three Souls In My Mind.

Pero claro, la generalización es una reacción normal de chamaco. Había los chavos rockeros que eran cuates de la escuela o algún hermano de alguien, o incluso algún vecino más relajado. Y fue por alguno de ellos que me atreví a escuchar, ya voluntariamente, más rolas de los Three Souls In My Mind, que era la banda de la que más se hablaba. Una rola de ese viejo El Tri me terminó pareciendo bastante buena: Chavo De Onda.


Además estaban las infaltables tocadas en las cuadras de la colonia de donde escapaban los alaridos típicamente aguardentosos de las bandas de rock. En alguno de ellos o en algún puesto ambulante se me habrá pegado una de esas rolas que narraban con tono chusco una batalla campal entre dos bandas: Barata y Descontón, de Trolebus.

Entrando a los 90, el amigo rockero del salón de secundaria me prestó un casette de El Haragán y Compañía, y fue por ese canijo que me volví rockero… por una semana. Aunque la rola que payoleé  más fue Él No Lo Mató, de esta banda terminé valorando más Muñequita Sintética que es otra tragedia cantada a su estilo.

Lamentablemente, al igual que ha pasado con muchos otros géneros, el rock urbano se terminó diluyendo y se ha llegado a la puntada de hacer versiones sinfónicas de algunas clásicas

o puro cover de baladas románticas de antaño, porque al parecer ya no hay más conflictos urbanos que cronicar.


Aunque de vez en cuando haya algo que reseñar, como el Jacinto Metalero del finado Charly Montana

a lo mejor tendremos que dar por perdido el género y añorar lo mejor de ese movimiento que quizá habría iniciado Rockdrigo González.

 

Y para cerrar, aquí la contribución de JC, que nos comparte que la estación Reactor 105.7 aún dedica un espacio al rock urbano, en su programa ¡Presta!:

https://www.deantes.com.mx/principal/presta-celebra-22-anos-rock-urbano/



sábado, 19 de junio de 2021

1990s: El anime de Yoshiaki Kawajiri: Tres obras de arte

El mundo del anime está lleno de nombres tan representativos como los de Katsushiro Otomo, Hayao Miyazaki y Satoshi Kon. Entre tantas vacas sagradas del género.


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin embargo, es el trabajo Yoshiaki Kawajiri el que más me impactó durante los noventa con continuación en la transición hacía el siglo 21.

 

Aquí las tres obras de Kawajiri que todo fan del anime debe conocer; ¡qué caray! de seguro se las saben de memoria.

Ninja Scroll (Jūbē Ninpūchō, 1993)
 

Este fue un VHS de las decenas que me habrá prestado el Chacal (un viejo conocido de este blog), allá por el 95 o 96. ¡Y vaya carta de presentación!


Ninja Scroll es todo aquello que esperaba ver en un anime de Samurai Shodown, que para entonces nos tenía tan entusiasmados, pues cada personaje podría haberse adaptado perfectamente en un video juego de esa saga.

Dokuan debe haber inspirado...

 

a Nicotine Caffeine, de SSII

Y este jorobado...

 
le da un aire a este otro

La historia está situada en el Japón medieval que sirve de contexto para esta versión del monomito: El ninja rebelde Jubei se ve forzado a participar en una misión de asesinato para incidir en contra de un bando político. En su camino se encuentra aliados y enemigos formidables, antes de enfrentar a un poderoso guerrero. A ratos, esta historia me recordaba a la de Kamui, el ninja desertor, que fue transmitida durante muy poco tiempo por Canal 7 y que resultaba extrañamente violenta para estar en televisión a mediados de los 90.



La animación abre con un par de escenas de acción que te engullen de inmediato, y si bien, hay momentos de exposición algo tediosos, éstas no diluyen el efecto. La animación es excelente y las peleas son tan dinámicas que ameritan repeticiones continuas. Eso sí, hay mucha violencia muy gráfica y una que otra escena no apta para menores, aunque no sea nada a lo que no esté ya acostumbrada esta generación. Conclusión: ¡Véala, jefe!


Vampire Hunter D: Bloodlust (Banpaia Hantā Dī: Buraddorasuto, 2000)
 

Siete años después, y ya en otro siglo, Kawajiri se apunta otra chulada de obra con Vampire Hunter D: Bloodlust, que habré visto en DVD allá por el 2002, nuevamente gracias al Chacal.

 
Esta vez el héroe esta encarnado por un dhampiro (mitad vampiro mitad humano), lo que encajaba al dedillo con el gusto que ya habría desarrollado por el Alucard, de Symphony of the Night


Este vampirito vive penando de un lugar a otro, haciendo chambitas de mercenario, cuando se mete de lleno en una misión de la que sólo sale avante  gracias a un par de elementos muy interesantes: una mercenaria humana y su propia mano izquierda, la cual está habitada por un simbionte muy bocón.


Nuevamente la animación destaca magistralmente y la acción es épica; y claro, todo esto acompañado de su respectiva violencia, que a mi juicio es un poco más ligera que en Ninja Scroll. Conclusión: ¡En cartelera! ¡No se la pierda!

Program (The Animatrix, 2003)
 
La única de las tres obras que no tuve que esperar para ver, y que no me compartió el Chacal. Esta joyita es una de las nueve historias que componen la antología The Animatrix, que es una expansión del universo de las saga The Matrix.
 

Desde el momento en que inicia este corto de siete minutos se identifica la mano de Kawajiri, comenzando por el estilo de dibujo con personajes de rostros alargados, los entornos sombríos y, nuevamente, el tema del Japón medieval.
 
 
Si bien, este corto no es el más logrado, visualmente hablando, de los nueve que componen The Animatrix, sí resulta ser un agasajo para el espectador. Fue una excelente decisión de las hermanas Wachowski el haber incorporado el arte anime en la expansión de su universo. Conclusión: ¡Enchúfese a la Matrix y échele un ojo!
 

Con esto cierro esta entrada un poco tramposa en donde no hay forma de no tocar la década del 2000 por culpa de la de los 90.