lunes, 10 de agosto de 2015

1980s: Juguemos a tirar muñecos

Durante los 80 proliferaban juguetes a los que les llamábamos muñecos. Estos eran simpelmente figuritas de plástico rígido en forma de soldados, indios y vaqueros, super héroes, personajes de las caricaturas y otros tantos. La variedad era enorme y se podían conseguir en farmacias, mercados y tianguis a precios accesibles. La calidad variaba, pero nunca era tan mala como para rebanarte los dedos con la rebaba, cosa que comenzó a ocurrir al final de la década.
Los olvidados indios y vaqueros.
Jugar con estas obras de arte se volvió más entretenido cuando los niños de los departamentos vecinos o entre mis hermanos jugábamos a tirar muñecos. El juego consistía simplemente en colocar un grupo de figuritas  a cada extremos de una "cancha" o "campo de batalla", frente a cada jugador, y luego arrojar una o varias canicas hasta derribar los muñecos del oponente. 

Las versátiles canicas.
Uno de párvulo no ve en frente sólo el suelo y una docena de muñecos, sino un verdadero ejercito de storm troopers, ninjas o soldados rivales que hay que tumbar. Estoy seguro que eso nos pasaba en aquel entonces.

Una burda recreación del asunto.
Una variante que le agregamos consistía en aprobechar la madera de los vecinos, que eran carpinteros, para crear fortificaciones donde proteger a nuestros muñecos. Todo salía bien hasta que nos quitaban las dichosas tablitas, que sí eran útiles para los vecinos.

Cuando las bolsitas de soldados tenían un chorro de numero 7 u 8, nomás no se podía jugar.
No sé si este jueguito todavía se practica, mi conclusión es que no. Por mi cuenta, yo conservo algunas figuras de plástico más recientes que encuentras en la comida chatarra de las tiendas y de vez en cuando reto a mis hermanos a ver quien conserva el toque. 
¿Alguien más jugaba a tirar muñecos?

jueves, 6 de agosto de 2015

1980-1987: Michael Jackson Parte 1

Michael Jackson es un símbolo inevitable de la música y el entretenimiento del las décadas de los 80 y 90, aunque su historia no comienza ni termina en esos años. A raíz de la muerte del Rey del Pop, sobra la información detallada sobre su vida y obra, pero lo que nunca está de más es recordar cómo se viven esos fenómenos en nuestra propia historia de vida.



Recuerdo haber escuchado la canción Ben (1972) con mucha regularidad en Radio Universal. Incluso, estoy seguro haber visto la película, Ben, La Rata Asesina (1972), de la que fue parte de la banda sonora, aunque realmente no me explicaba qué tenía que ver una cosa con la otra. 



Estoy seguro que habré escuchado más canciones que Jackson ya había grabado con los Jackson Five en los 70, pero ninguna canción dejó más huella hasta entonces que Ben.


En la transición de 1982 a 1983 se inició el fenómeno de la Jacksonmanía, con el lanzamiento de su álbum Thriller. En ese entonces desarrollé un trauma por la canción Thriller y la maldita risa de Vincent Price al final. Cuando mis hermanos consiguieron el disco hasta mi madre se inconformó, con palabras más coloridas, al estilo ¡@*#”$%!



http://horrorhomework.com/blog/2013/10/remembering-vincent-price-20-years-later/
Las otras dos canciones de Thriller que sonaron y sonaron en la radio en aquellos días fueron Beat It y Billy Jean. Por supuesto que nadie de nosotros sabía de qué hablaban las dichosas canciones, pero ya se sabe que eso a nadie le impide “cantarlas”. De Billy Jean recuerdo el barullo que se armó cuando en la tele se anunció la película La Leyenda de Billy Jean, que habrá sido por  el 85. Todos esperábamos por lo menos oír la canción, porque, cómo diablos se llamaría la película así sin tener que ver con MJ. Y que nos salen con esto:




Por otro lado recuerdo que Beat It tuvo su versión nacional en las voces del entonces naciente grupo Magneto. Va la evidencia. 



Por el 84 todavía se transmitía un buen programa sobre música llamado Estudio 54, conducido por Jaime Almeida. En uno de esos programas, que se repitió varias veces, el conductor hacía un recuento de la vida artística de Michael Jackson, y lo más importante: ahí vi por primera vez el video de Thriller, que sólo pasó a perjudicar más mis nervios.


Los otros videos eran inofensivos, comparados con Thriller, pero las canciones siempre valían la pena. El video de Beat It, sin embargo, me remitía a la cultura de las pandillas de adolescentes que abundaban en la Neza de entonces; mis hermanos lo mencionaban mucho.


http://demibarrioatubarrio.blogspot.mx/
Las canciones de Thriller estaban siempre por todos lados. Recuerdo incluso un capítulo de Alvin y Las Ardillas en donde se Alvin se va a pelear con una pandilla y se viste como MJ en Beat It.


En Estudio 54 conocí una canción cuyo video resaltaba por tener una buena historia, y porque en él MJ hacía dueto con Paul McCartney (el de las canciones para viejitos). De hecho, la canción es del Beatle para su disco Pipes of Peace, de 1983. El video es muy entretenido y la canción muy pegajosa.


El siguiente salto, antes de que MJ desapareciera de mi radar por algunos años, fue con la canción We Are the World, que coescribió junto con Lionel Richie, otro grande  de los 80. La canción tiene su propia historia, que merece otra entrada, pero hay algo por lo cual en ese año fue muy tocada en el radio: los terremotos del 19 y 20 de septiembre.


We Are the World se estrenó en marzo de 1985, como parte de una campaña para recaudar fondos para combatir una severa hambruna en África. Seis meses después, con la enorme tragedia de los terremotos en el Distrito Federal, la canción se programó con más frecuencia, junto con la canción Cantaré, Cantarás, que había sido grabada con el mismo fin, pero que se utilizó también para invitar a la gente a ayudar a los damnificados.



Años después, allá por el 87, MJ lanzó Bad, otro éxito inmediato, pero con canciones que no recuerdo haber disfrutado igual que las de Thriller. Sin embargo, en algún momento en la tele vi el video para Man in the Mirror, y quedé impresionado. El video era una mezcla de escenas de desastres naturales, guerras, violencia, protestas, que eran demoledoras para cualquier persona, y aún más para los jóvenes, quienes podíamos ser muy impresionables. Por fortuna, la segunda parte del video borra un poco la sensación depresiva que crea la primera. El cierre continúa con el montaje de escenas, pero esta vez destacan los esfuerzos del hombre por ayudar a quien lo necesita.


Hasta aquí esta primera parte la experiencia MJ de un servidor. Queda mucho por decir, pero eso, para otra ocasión.