Me reintegro a mis labores de Retroman con una entrada dedicada a las películas musicales que dejaron huella más sonora que visual (con sus excepciones) en la primera mitad de los 80.
Jesucristo Superestrella (1973)
Aunque de
esta obra-película sólo recuerdo haber escuchado la canción I don’t Know How to
Love Him, en Radio Universal (¡dónde más!), hay algunas que son bastante
decentes, como King Herod’s Song y la homónima Jesus Christ Superstar.
El Show de Terror de Rocky (1975)
Estre es otro musical hecho película. El Show de Terror de Rocky (The Rocky Horror Picture Show) es de 1975, pero se coló en mi consciencia a través de la payola de la canción Time Warp… versión Timbiriche (El Baile del Sapo). Desde entonces me llamaba la atención conocer la versión cinematográfica, que para mi gusto no es nada del otro mundo. Al principio me intrigaba cómo es que convirtieron una obra tan cargada de sexualidad a una versión Timbirche,
pero luego
se me acomodaron algunos cacahuates y creo recordar que más bien fueron los Cachunes
los que se encargaron de la puesta en escena en México. Si alguien los recuerda, podrá identificar al Jagger y a la Señorita Espejo en este clip.
Vaselina (1978)
Y para mantener la tradición, de vez en cuando se veía por los programas de Televisa, algunas representaciones de esas canciones por parte de Timbiriche, que estuvo varios años en teatro con esa obra.
Xanadu (1980)
Parece que la pelí no fue bien recibida, y a mí por alguna razón no me atrae, pero pudiera ser que viendo más clips como el siguiente, que activa la nostalgia con efectividad, al final le dé una oportunidad.
Can’t Stop the Music (1980)
Recuerdo sólo una escena de esta película, de la que no me habría enterado si en algún momento alguno de mis hermanos no hubiera hecho zapping a la vieja tele y sintonizado el Cine Permanencia Voluntaria en Canal 5.
Ahora, por lo que veo, la película iba más bien dirigida a otro público, pues por el tráiler se ve que está bastante cargadita de “cultura disco”.
La Tiendita de los Horrores (1986)
Aunque para ser honestos, lo más impresionante de la película es el trabajo con la planta Audrey II. Es un trabajo de marioneta espectacular; sólo basta ver cómo se mueven los labios de la planta al hablar y cantar.
Si bien no hay canción que triunfara en la radio, la planta quedo eternizada como influencia para algunos personajes de video juegos clásicos, mismos que despegaban a toda velocidad en la segunda mitad de los 80.
O a lo mejor sólo era una excusa para referenciar los videjuegos....
Y claro, musicales no ha dejado de haber, aunque no haya mucho que reportar de ello en mis 90. La mayoría de los aquí mencionados dejaron clásicos radiofónicos y recuerdos de los memorables 80.
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